fotografía : Iñigo Solano 23 de febrero de 2008
Acróbata
En todas las civilizaciones el acróbata , saltimbanqui, clown y malabarista ocupan una buena posición. En el cementerio de hombres célebres de Moscou, un clown tiene una tumba de mármol, al lado de bailarines, escritores, filósofos del antiguo y nuevo régimen. Los acróbatas, frecuentemente evocados en la literatura y artes plásticas, no son reveladores de una simbología muy definida; no obstante se puede observar que responden a uno de los temas del imaginario y de los sueños humanos. Posiblemente ellos significan la feliz libertad de aquellos que han superado las condiciones comunes y corrientes.
La inversión del orden establecido, de las posiciones habituales, de las convenciones sociales, donde las posturas acrobáticas abundan en ejemplo, no corresponden a fases regresivas de la evolución individual o colectiva. Si es que revelan una condición crítica, es también para indicar que la solución sólo se encuentra en el movimiento.
El acróbata aparece como símbolo de equilibrio crítico, fundado en el inconformismo y movimiento. Es en este sentido, un factor de progreso.Se pueden aproximar ciertos ejercicios acrobáticos, gestos rituales y figuras orquestadas que, por el desafío que presentan a las leyes naturales, llevan al sujeto entre las manos de dios o le suponen una virtud sobrenatural. Acróbatas y Bailarines se exigen la superación del límite de la gravedad común, impulsando al extremo de las posibilidades humanas, de ser dejados solos ante las fuerzas de dios. Es como si se tratase de una fuerza que actúa en ellos, por ellos y para ellos, de modo que sus gestos se identifican con los de una divinidad creadora y testimonian así su presencia.
La acrobacia simboliza el vuelo hacia una condición sobrehumana. Es el éxtasis del cuerpo. Caminando sobre las manos, con la cabeza hacia el piso y los pies al aire el acróbata evoca al Colgado, Arcano XII del Tarot. Es símbolo complejo e iniciático de la Inversión de los valores.